Prof. María Vilca Aguilar
En el siguiente trabajo tocaremos el segundo gobierno de uno de los mejores presidentes del Perú. Fernando Belaunde Terry, donde explicaremos las causas de los principales aciertos y desaciertos ocurridos en este quinquenio (1980 – 1985).
Es importante tocar este tema pues nos ayuda a comprender mejor nuestro presente y como las acciones del pasado repercuten en el presente y tienen consecuencias nefastas. Leer mas....
ACTIVIDAD.
- Lea detenidamente, luego desarrolle lo puntos princiaples en Power Point 15 diapositivas, agrege imagenes relacionadas al tema, Letra clara y legible.
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ACTIVIDAD
1.- Realiza un mapa conceptual de la Historia de los enfrentamientos de Corea
2.- Hacer un comentario Crisis en Corea de 2013
NOTA: Utilice la información proporcionada por el Docente
Prof. Maria Vilca Aguilar
Historia de los enfrentamientos de Corea
Corea es una
península de Asia, dividida desde 1948 en dos entidades políticas: la República
Democrática Popular de Corea (Corea del Norte) y la República de Corea (Corea
del Sur).
El primer
estado coreano conocido fue Choson, situado en lo que ahora es Corea
noroccidental y Manchuria del sur; fue conquistado por China en el año 108 a.C.
Más al sur, los reinos de Paikche (Paekche) y Silla surgieron en el siglo III o
IV d.C., cuando la influencia china había disminuido. En la costa sur existía
un cuarto estado llamado Kaya.

Periodo Koryo (918-1392)
Durante el
siglo IX, la monarquía y las instituciones gubernamentales de Silla decayeron,
y los líderes regionales lograron mayor poder a costa de la capital. Entre los
años 890 y 935 los tres antiguos reinos resurgieron en la península. Esta vez
el estado del norte, Koryo (el nombre, que procede del de Koguryo, queda
reflejado en la actual denominación occidental, Corea), llevó a cabo la unificación.
Fundado en el año 918 por un astuto guerrero y político llamado Wanggeun, el
estado de Koryo reunió a los líderes regionales de Corea bajo una única
autoridad central y extendió las fronteras del norte del país hasta el río Yalu
(o Amnor). Aquí Koryo entró en conflicto con la dinastía manchú Khitan (Liao).
Durante las guerras que duraron desde el 993 hasta el 1018, Koryo sufrió
enormemente pero mantuvo su posición y en el 1022 logró una paz definitiva.
El
florecimiento de la cultura de Koryo tuvo lugar durante el siguiente siglo.
Estuvo marcada por un gobierno central estable, cuyas instituciones y métodos
se debían en gran medida a la influencia china; una profunda fe budista que
inspiró muchos logros en los campos del saber y de las artes, y una industria
cerámica especialmente característica que produjo exquisitos celadones —objetos
de barro con un brillo gris-verdoso con pigmentos de hierro— muy apreciados.
Sin embargo, a principios del siglo XII la estabilidad empezó a fallar.
Poderosas familias aristocráticas competían con el trono por conseguir el
control político, y la dinastía manchú Jurchen (Chin) presionaba desde fuera,
provocando respuestas encontradas en unos líderes indecisos. En 1170, los
militares, alegando discriminación, expulsaron a los funcionarios civiles y
convirtieron a los reyes en títeres, a consecuencia de lo cual comenzó un
periodo de enfrentamientos internos. Los mongoles invadieron Corea en 1231,
iniciando una serie de guerras que terminaron con la conquista de Koryo en 1259.
Bajo el dominio mongol los reyes recuperaron su posición dirigente. El estado
de Koryo fue capaz de expulsar a los mongoles en 1356, pero no fue capaz de
restablecer sus instituciones o de contener a las nuevas fuerzas políticas con
las que se enfrentaba, y en 1392 la dinastía Koryo llegó a su fin.
La dinastía Li (Yi)
(1392-1910)
Durante el siglo XIV, los coreanos se vieron estimulados por el
neoconfucionismo, que había sido formulado por el filósofo chino Zu-zi. Este
sistema de valores tan desarrollado estimuló a los niveles medios de la
burocracia de Koryo, y su movimiento en favor de la reforma social y política
inspiró a Lisungkei la fundación de la dinastía Li.
El primer periodo
Los primeros
reyes Li y su elite confuciana establecieron una estructura política y social
que resistió todos los desafíos hasta 1910, logrando una de las dominaciones
más largas de toda la historia por parte de una única dinastía. A pesar de
estar muy influida por la cultura china, la dinastía Li mantuvo una identidad
característica, como demuestra la existencia de su propio alfabeto, creado en
1446 por King Sejong. Los primeros doscientos años de la dinastía Li estuvieron
marcados por la paz y en líneas generales por un buen gobierno, aunque en el
siglo XVI se iniciaron divisiones que provocaron rupturas en la elite.
Preocupados por estos enfrentamientos, los Li fueron invadidos en 1592 por los
japoneses, que querían utilizar Corea como ruta de tránsito para la conquista
de China. Sin embargo, antes del año 1598, los Li (Yi), con la ayuda de la
dinastía china Ming y los esfuerzos de su temible héroe naval Yi Sunsin, ya
habían rechazado a los japoneses. Corea aún no se había recuperado cuando
sufrió nuevas invasiones, esta vez por parte de los manchúes (1627, 1636),
quienes despojaron a los Li (Yi) de la soberanía feudal. La conquista manchú de
China en 1644 ocasionó nuevos problemas para los Li (Yi) pero también estimuló
a los coreanos, que por un tiempo se alejaron de la influencia china para
desarrollar su propia cultura de forma más creativa.
El declive de la dinastía
Durante los
siglos XVII y XVIII la dinastía Li disfrutó en líneas generales de reyes
capaces y administraciones competentes, aunque se produjeron periódicamente
virulentos enfrentamientos entre facciones. En el terreno social, la elite
aumentó gradualmente con la incorporación de personas deseosas de ascender, y
en el terreno económico tuvo lugar un inmenso crecimiento de la economía
monetaria y del sistema de mercado. Estos complejos cambios agotaron gravemente
el sistema político y social de los Li (Yi), que en el siglo XIX comenzó a
derrumbarse. El cristianismo, introducido en 1784 desde China y propagado de
forma encubierta después de 1836 por misioneros católicos clandestinos de
origen francés, situó a las instituciones y a los valores del país bajo una
presión aún mayor. En 1864 un nuevo movimiento político trató de afrontar estos
retos: Taiwon, padre del rey-niño Kojong, se hizo con el poder, prohibió el
cristianismo y rechazó las intervenciones militares por parte de Francia (1866)
y de Estados Unidos (1871). Al mismo tiempo trató de eliminar la corrupción y
restaurar el prestigio del Estado. Sin embargo, la reacción política
desencadenada por estas reformas, desembocó en la caída del propio Taiwon. En
1876 los japoneses obligaron a Corea a establecer relaciones diplomáticas con
su país, debilitando de este modo los tradicionales lazos de unión de Corea con
China. China, a su vez, trató de neutralizar a Japón fomentando las relaciones
de Corea con países occidentales, comenzando con el tratado entre Corea y
Estados Unidos de 1882. Durante los siguientes años, Corea llevó a cabo
numerosos esfuerzos con el fin de lograr la modernización y la reforma, pero se
vieron frustrados por la continua influencia de potencias extranjeras. La
victoria japonesa sobre China (1895) y Rusia (1905) llevó a la anexión de Corea
a Japón en 1910.
Gobierno
japonés (1910-1945)
La dominación
japonesa de Corea comenzó con el Tratado de Protectorado (1905), impuesto al
país tras la Guerra Ruso-japonesa, por el cual Japón asumía el control de las
relaciones exteriores de Corea, así como de sus fuerzas armadas y cuerpos de
seguridad, su moneda y banca, sus comunicaciones y cualquier otra función
vital. Estos cambios fueron tenazmente soportados por todos los coreanos, desde
el rey Kojong hasta los ejércitos guerrilleros. La anexión formal se dio tras
quedar patente que los coreanos nunca aceptarían una soberanía nominal bajo el
control japonés. Entre 1910 y 1918 Japón consolidó su gobierno deshaciéndose de
los nacionalistas, recuperando el control del sistema agrario e imponiendo
rígidos cambios administrativos. En 1919 estas medidas, junto con la demanda
generalizada de autodeterminación nacional posterior a la I Guerra Mundial,
derivaron en un movimiento en el que millones de coreanos tomaron las calles en
manifestaciones pacíficas por la independencia, pero carentes de apoyo
extranjero, con un poder japonés todavía fuerte, el movimiento fue brutalmente
reprimido. En los siguientes años Japón reforzó su control, persiguiendo a los
movimientos nacionalistas. Los esfuerzos dirigidos a la asimilación, con
medidas tan draconianas como la prohibición del idioma coreano e incluso de
apellidos coreanos, sólo cesaron con la derrota japonesa en la II Guerra
Mundial.
Partición
de la posguerra

Guerra de Corea
El conflicto
bélico librado en la península de Corea desde junio de 1950 hasta julio de
1953. Se inició como una guerra entre Corea del Sur (República de Corea) y
Corea del Norte (República Democrática Popular de Corea), después de que esta
última invadiera los territorios de la primera. El conflicto rápidamente se
convirtió en una guerra internacional limitada que involucró a Estados Unidos y
a otras 19 naciones. Desde un punto de vista general, la guerra de Corea fue un
enfrentamiento derivado de la Guerra fría. Los motivos de Corea del Norte para
invadir Corea del Sur tuvieron que ver con la frontera establecida entre ambas
repúblicas en el paralelo 38, así como con las propias circunstancias
internacionales. Al contrario de lo afirmado en la época, Corea del Norte
aparentemente atacó a Corea del Sur sin conocimiento de la Unión Soviética ni
de la República Popular China. La Unión Soviética, que esperaba la guerra en un
momento posterior, boicoteó la acción de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) cuando se produjo el ataque. El gobierno comunista de China, mientras
tanto, esperaba invadir la isla de Taiwan sin que Estados Unidos respondiera
militarmente.
En junio de
1951, a medida que las operaciones bélicas se iban convirtiendo en una guerra
de posiciones, el delegado soviético en la ONU propuso formalmente que los
beligerantes iniciaran conversaciones para el alto el fuego. El 10 de julio de
1951, comenzaron las negociaciones de tregua en Kaesong (Corea del Norte) que
continuaron de forma intermitente durante dos años.
Desarrollo del conflicto
La lucha
establecida al sur del paralelo 38 y la creciente oposición al presidente de
Corea del Sur, Syngman Rhee, convencieron al presidente de Corea del Norte, Kim
Il Sung, de que sería bien recibido por muchos surcoreanos como liberador y
reunificador de las dos Coreas.
La guerra se
inició el 25 de junio, cuando el Ejército norcoreano cruzó el paralelo 38 e
invadió Corea del Sur. Estados Unidos respondió inmediatamente enviando
suministros a Corea del Sur, y pronto aumentó su implicación en el conflicto.
El 27 de junio, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, con la ausencia
voluntaria de la Unión Soviética, aprobó una resolución presentada por Estados
Unidos que imponía sanciones militares a Corea del Norte. Tres días después, el
presidente estadounidense Harry S. Truman, ordenó que las divisiones
estacionadas en Japón se trasladaran a Corea. Las fuerzas estadounidenses, las
surcoreanas y otros contingentes de tropas de Australia, Bélgica, Luxemburgo,
Canadá, Colombia, Etiopía, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Países Bajos, Nueva
Zelanda, Filipinas,
Suráfrica, Tailandia y Turquía, con unidades médicas de Dinamarca, India y Suecia, fueron puestas bajo un mando unificado de la ONU dirigido por el general estadounidense Douglas MacArthur. Las fuerzas de tierra de estas naciones, Estados Unidos y Corea del Sur se agruparon en el VIII Ejército estadounidense, en lo que fue la primera intervención conjunta llevada a cabo por la ONU.
Suráfrica, Tailandia y Turquía, con unidades médicas de Dinamarca, India y Suecia, fueron puestas bajo un mando unificado de la ONU dirigido por el general estadounidense Douglas MacArthur. Las fuerzas de tierra de estas naciones, Estados Unidos y Corea del Sur se agruparon en el VIII Ejército estadounidense, en lo que fue la primera intervención conjunta llevada a cabo por la ONU.
Incluso después
de que Truman involucrara a las divisiones de Estados Unidos en Corea, la
guerra siguió un curso negativo para los intereses enfrentados a los
norcoreanos. Antes de que éstos se detuvieran en agosto, habían tomado Seúl y
las tropas estadounidenses y surcoreanas habían sido expulsadas del pequeño
perímetro alrededor de la ciudad portuaria de Pusan, situada en el sur. Los
refuerzos estadounidenses pudieron mantener esta pequeña área y, el 15 de
septiembre de 1950, el general MacArthur lanzó una invasión anfibia sobre la
ciudad de Inchon, en la costa occidental de Corea del Sur. En un movimiento
coordinado, las fuerzas de la ONU rompieron el perímetro de Pusan. Rápidamente,
los norcoreanos fueron conducidos y obligados a traspasar el paralelo 38.
Percibiendo una
oportunidad no sólo para detener la expansión comunista sino también para
eliminarla, el presidente Truman aprobó las órdenes para que las fuerzas de la
ONU cruzaran el paralelo 38 y empujaran al enemigo hacia la frontera de China.
A pesar de las repetidas advertencias chinas de que entrarían en la guerra si
los estadounidenses llegaban cerca del río Yalu, las fuerzas de la ONU cruzaron
a territorio norcoreano el 7 de octubre y conquistaron Pyongyang, su capital.
Hacia el 25 de octubre, algunas unidades avanzadas llegaron al río Yalu; allí
entraron en combate con tropas chinas que habían entrado en Corea del Norte.
El 26 de
noviembre, la potente ofensiva china cerró la línea de retirada al noreste de
Corea a las tropas de la ONU. Los comunistas reconquistaron Pyongyang el 5 de
diciembre y Seúl el 4 de enero de 1951. La ofensiva comunista se detuvo el 15
de enero a lo largo de un frente al sur de Seúl.
El temor a una
guerra abierta con China y la Unión Soviética hizo que el presidente
estadounidense abandonara su objetivo de reunificar por las armas Corea y
retomara su objetivo original de detener la ‘agresión comunista’ en Corea.
El
VIII Ejército estadounidense inició la ofensiva el 25 de enero, y todo el
mando militar de la ONU participó en el potente ataque conocido como ‘Operación
Asesino’, el 21 de febrero, que provocó que los chinos se retiraran lentamente
de Corea del Sur. Seúl cayó de nuevo en poder de las fuerzas de la ONU el 14 de
marzo. Hacia el 22 de abril, éstas habían ocupado posiciones al norte del
paralelo 38 a lo largo de una línea que se estableció hasta el final de la
guerra. Mientras tanto, el 11 de abril, el general MacArthur, que había
defendido públicamente una estrategia militar de enfrentamiento abierto con
China, fue relevado del mando por Truman. Con su sucesor, el general Matthew
Ridgway, las fuerzas de la ONU se implicaron principalmente en acciones
defensivas durante los dos años siguientes.
Aunque los
comunistas no podían llevar a cabo una ofensiva importante, sus fuerzas, bien
atrincheradas, hacían que la estrategia de defensa activa de la ONU fuera muy
costosa. Algunas de las batallas más desesperadas se produjeron en las colinas
denominadas Old Baldy, Capital, Pork Chop, T-Bone y Heartbreak Ridge.
Durante la
guerra de Corea, el espacio aéreo desempeñó un papel decisivo, siendo la
primera ocasión en que entraron en combate aviones supersónicos (MiG-15 chinos
y F-86 Sabres estadounidenses).
Inicio
de las conversaciones de paz

Aunque llevadas
a cabo en un ambiente de sospecha mutua, las negociaciones finalmente dieron
como resultado un acuerdo que no resolvió un tema importante: el rechazo
comunista a aceptar el principio, defendido por la ONU, de que un prisionero de
guerra no sería entregado a su Ejército contra su deseo. Las negociaciones se
rompieron en octubre de 1952 y no se reiniciaron hasta abril de 1953. Al final
de la primavera de ese año, ambas partes acordaron que los prisioneros que no
desearan regresar a sus países fueran custodiados por una comisión neutral
durante los 90 días posteriores a la firma del armisticio. Durante este
periodo, cada nación podía intentar persuadir a sus ciudadanos para que
regresaran a su país. Ambas partes acordaron mantener una conferencia de paz de
alto nivel dentro de los tres meses siguientes a la fecha efectiva del
armisticio, pero que, hasta abril de 1954, se pospuso.
Final de la guerra
En julio de 1953, se firmó el
acuerdo de tregua en Panmunjom. Así, pendiente del último acuerdo en la
conferencia de paz planificada al efecto, la guerra de Corea finalizó después
de más de tres años de conflicto y de aproximadamente cuatro millones de bajas
(entre muertos y heridos). El daño económico y social de la guerra de Corea fue
incalculable.
La postguerra: 1945-1947
La Segunda Guerra Mundial
marcó el declive de Europa: el protagonismo del Viejo Continente fue sustituido
definitivamente por las dos naciones que habían negociado juntas la paz: la
Unión Soviética y los Estados Unidos. Su antagonismo ideológico se tradujo más
tarde en lucha por el poder y en desconfianza, abriendo entonces el periodo que
estudiamos.
La Conferencia de Yalta
El 11 de febrero de 1945 se
reunieron en esta conferencia Roosevelt, presidente de los Estados Unidos;
Churchill, primer ministro británico, y Stalin, presidente de la Unión
Soviética. Esta conferencia, definida por algunos historiadores como un pacto
feudal entre los poderes del mundo, trató de definir y decidir cómo sería el
mundo tras la derrota del Eje.
Se decidieron los siguientes
puntos, fundamentalmente:
- Alemania quedaría dividida
en cuatro partes (en principio eran tres, pero se implicó en último término a
Francia en el reparto). Esta decisión sobre el problema alemán se convertiría
años más tarde en el corazón de la Guerra Fría, ya que los países occidentales
decidieron unificar sus zonas asignadas, mientras la zona oriental quedó, hasta
la caída del muro de Berlín y la reunificación alemana, bajo la influencia de
la Unión Soviética.
- El tema polaco marcó las
diferencias entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, ya que no lograron
ponerse de acuerdo sobre dónde debía establecerse la frontera. Gran Bretaña,
por otra parte, apoyó la creación de un estado independiente para los polacos.
La Conferencia de Postdam
En agosto de 1945, Truman
(nuevo presidente de Estados Unidos tras la muerte de Roosvelt), Churchill y
Stalin, firmaron un acuerdo internacional donde las divergencias entre las
potencias se manifestaron, ante los recelos de los países occidentales por la
presencia del Ejército Rojo en Europa. En esta conferencia se ratificaron los
acuerdos sobre la división de Alemania y de Berlín y se discutieron las
consecuencias del lanzamiento de las bombas atómicas.
Se ha interpretado que los
Estados Unidos consideraron la amenaza del poder soviético como un obstáculo
para sus intereses. Sobre todo, temían la posibilidad de que la Unión Soviética
pudiera entrar en combate contra Japón y que amenazara por ello su hegemonía en
el Pacífico. Truman, según esta teoría, aceleró el final de la guerra con el
lanzamiento de las bombas atómicas: así, la bomba atómica sobre Japón fue el
último episodio significativo de la Segunda Guerra Mundial y el primero de la
Guerra Fría, si se entiende además como toque de atención hacia el nuevo
enemigo soviético.
Gran Bretaña, también en esta
conferencia internacional, se enfrentó a la Unión Soviética, no sólo por el
asunto de Polonia ya mencionado sino porque los soviéticos recelaban de la
presencia británica en Grecia, hecho que impedía su aspiración histórica de
controlar los Balcanes.
La organización de las alianzas
Con el mundo dividido en dos
bloques a través de un sistema múltiple de alianzas, las sutilezas diplomáticas
desaparecieron: las medidas de seguridad que proponía un determinado país eran
interpretadas sistemáticamente por los del bloque opuesto como una agresión.
Las potencias, en un primer momento, titubearon hasta que Estados Unidos formuló
la Doctrina Truman en 1947: el problema internacional dejó entonces de
centrarse en Alemania. Ahora el problema
pasaba a ser la sovietización de ciertos países: Polonia, Rumania y Bulgaria,
liberados de las tropas nazis por la URSS.
Por otro lado, la Unión
Soviética ambicionaba Estonia, Lituania y parte de Finlandia. Asimismo, el
nacimiento en Asia y África de nuevos países (con puntos estratégicos en
algunos de ellos), comenzaron a plantear graves problemas. La lucha por su
control sería durísima, a través de la subversión y la persuasión.
Antes de 1947, las
superpotencias titubeaban y la opinión pública todavía no era sensible a esta
división de poderes e influencias. Las fricciones entre la Unión Soviética y
Gran Bretaña por el control de Grecia y Turquía, ya mencionados, se
solucionaron a través de la presión de los Estados Unidos ante el coloso
soviético.