QUINTO

REGÍMENES CIVILES, POPULISMO Y LA ECONOMÍA PERUANA EN LA DÉCADA DEL 80
Prof. María Vilca Aguilar
En el siguiente trabajo tocaremos el segundo gobierno de uno de los mejores presidentes del Perú. Fernando Belaunde Terry, donde explicaremos las causas de los principales aciertos y desaciertos ocurridos en este quinquenio (1980 – 1985).
Es importante tocar este tema pues nos ayuda a comprender mejor nuestro presente y como las acciones del pasado repercuten en el presente y tienen consecuencias nefastas. Leer mas....

ACTIVIDAD.
- Lea detenidamente, luego desarrolle lo puntos princiaples en Power Point 15 diapositivas, agrege imagenes relacionadas al tema, Letra clara y legible.
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ACTIVIDAD
1.- Realiza un mapa conceptual de la Historia de los enfrentamientos de Corea
2.- Hacer un comentario Crisis en Corea de 2013
NOTA: Utilice la información proporcionada por el Docente
Prof. Maria Vilca Aguilar


Historia de los enfrentamientos de Corea
Corea es una península de Asia, dividida desde 1948 en dos entidades políticas: la República Democrática Popular de Corea (Corea del Norte) y la República de Corea (Corea del Sur).
El primer estado coreano conocido fue Choson, situado en lo que ahora es Corea noroccidental y Manchuria del sur; fue conquistado por China en el año 108 a.C. Más al sur, los reinos de Paikche (Paekche) y Silla surgieron en el siglo III o IV d.C., cuando la influencia china había disminuido. En la costa sur existía un cuarto estado llamado Kaya.
Al principio, Koguryo fue el estado más poderoso, controlando la mayor parte de la península y Manchuria antes del siglo V. A mediados del siglo VI, Silla conquistó Kaya y se apoderó de los alrededores de Seúl en el valle del río Han, mientras que Koguryo y Paikche sufrieron constantes pérdidas territoriales. Los tres estados poseían culturas muy definidas. Koguryo sobresalía militarmente, pero Silla construyó instituciones sociales y políticas más duraderas. Paikche mantenía buenas relaciones con China y con Japón y desarrolló un alto nivel de civilización, pero era débil política y militarmente. Antes del 668, Silla, en alianza con la dinastía china Tang, había derrotado a Koguryo y a Paikche y había establecido el primer estado coreano unificado. El budismo, que se desarrolló durante el siglo IV, antes de alcanzar el siglo VI se había convertido en una poderosa fuerza, e inspiró gran parte de la vida intelectual y artística de Silla; la cultura china, su lenguaje escrito y sus instituciones políticas también tuvieron una gran influencia. Sin embargo, la propia cultura de Silla fue el principal vehículo del desarrollo coreano en este periodo. Antes de alcanzar el siglo X ya había arraigado con fuerza un característico modelo de estado coreano, y a pesar de muchos cambios y vicisitudes posteriores, esta política coreana ha perdurado hasta los tiempos modernos.

Periodo Koryo (918-1392)
Durante el siglo IX, la monarquía y las instituciones gubernamentales de Silla decayeron, y los líderes regionales lograron mayor poder a costa de la capital. Entre los años 890 y 935 los tres antiguos reinos resurgieron en la península. Esta vez el estado del norte, Koryo (el nombre, que procede del de Koguryo, queda reflejado en la actual denominación occidental, Corea), llevó a cabo la unificación. Fundado en el año 918 por un astuto guerrero y político llamado Wanggeun, el estado de Koryo reunió a los líderes regionales de Corea bajo una única autoridad central y extendió las fronteras del norte del país hasta el río Yalu (o Amnor). Aquí Koryo entró en conflicto con la dinastía manchú Khitan (Liao). Durante las guerras que duraron desde el 993 hasta el 1018, Koryo sufrió enormemente pero mantuvo su posición y en el 1022 logró una paz definitiva.
El florecimiento de la cultura de Koryo tuvo lugar durante el siguiente siglo. Estuvo marcada por un gobierno central estable, cuyas instituciones y métodos se debían en gran medida a la influencia china; una profunda fe budista que inspiró muchos logros en los campos del saber y de las artes, y una industria cerámica especialmente característica que produjo exquisitos celadones —objetos de barro con un brillo gris-verdoso con pigmentos de hierro— muy apreciados. Sin embargo, a principios del siglo XII la estabilidad empezó a fallar. Poderosas familias aristocráticas competían con el trono por conseguir el control político, y la dinastía manchú Jurchen (Chin) presionaba desde fuera, provocando respuestas encontradas en unos líderes indecisos. En 1170, los militares, alegando discriminación, expulsaron a los funcionarios civiles y convirtieron a los reyes en títeres, a consecuencia de lo cual comenzó un periodo de enfrentamientos internos. Los mongoles invadieron Corea en 1231, iniciando una serie de guerras que terminaron con la conquista de Koryo en 1259. Bajo el dominio mongol los reyes recuperaron su posición dirigente. El estado de Koryo fue capaz de expulsar a los mongoles en 1356, pero no fue capaz de restablecer sus instituciones o de contener a las nuevas fuerzas políticas con las que se enfrentaba, y en 1392 la dinastía Koryo llegó a su fin.

La dinastía Li (Yi)
(1392-1910) Durante el siglo XIV, los coreanos se vieron estimulados por el neoconfucionismo, que había sido formulado por el filósofo chino Zu-zi. Este sistema de valores tan desarrollado estimuló a los niveles medios de la burocracia de Koryo, y su movimiento en favor de la reforma social y política inspiró a Lisungkei la fundación de la dinastía Li.
El primer periodo
Los primeros reyes Li y su elite confuciana establecieron una estructura política y social que resistió todos los desafíos hasta 1910, logrando una de las dominaciones más largas de toda la historia por parte de una única dinastía. A pesar de estar muy influida por la cultura china, la dinastía Li mantuvo una identidad característica, como demuestra la existencia de su propio alfabeto, creado en 1446 por King Sejong. Los primeros doscientos años de la dinastía Li estuvieron marcados por la paz y en líneas generales por un buen gobierno, aunque en el siglo XVI se iniciaron divisiones que provocaron rupturas en la elite. Preocupados por estos enfrentamientos, los Li fueron invadidos en 1592 por los japoneses, que querían utilizar Corea como ruta de tránsito para la conquista de China. Sin embargo, antes del año 1598, los Li (Yi), con la ayuda de la dinastía china Ming y los esfuerzos de su temible héroe naval Yi Sunsin, ya habían rechazado a los japoneses. Corea aún no se había recuperado cuando sufrió nuevas invasiones, esta vez por parte de los manchúes (1627, 1636), quienes despojaron a los Li (Yi) de la soberanía feudal. La conquista manchú de China en 1644 ocasionó nuevos problemas para los Li (Yi) pero también estimuló a los coreanos, que por un tiempo se alejaron de la influencia china para desarrollar su propia cultura de forma más creativa.

El declive de la dinastía
Durante los siglos XVII y XVIII la dinastía Li disfrutó en líneas generales de reyes capaces y administraciones competentes, aunque se produjeron periódicamente virulentos enfrentamientos entre facciones. En el terreno social, la elite aumentó gradualmente con la incorporación de personas deseosas de ascender, y en el terreno económico tuvo lugar un inmenso crecimiento de la economía monetaria y del sistema de mercado. Estos complejos cambios agotaron gravemente el sistema político y social de los Li (Yi), que en el siglo XIX comenzó a derrumbarse. El cristianismo, introducido en 1784 desde China y propagado de forma encubierta después de 1836 por misioneros católicos clandestinos de origen francés, situó a las instituciones y a los valores del país bajo una presión aún mayor. En 1864 un nuevo movimiento político trató de afrontar estos retos: Taiwon, padre del rey-niño Kojong, se hizo con el poder, prohibió el cristianismo y rechazó las intervenciones militares por parte de Francia (1866) y de Estados Unidos (1871). Al mismo tiempo trató de eliminar la corrupción y restaurar el prestigio del Estado. Sin embargo, la reacción política desencadenada por estas reformas, desembocó en la caída del propio Taiwon. En 1876 los japoneses obligaron a Corea a establecer relaciones diplomáticas con su país, debilitando de este modo los tradicionales lazos de unión de Corea con China. China, a su vez, trató de neutralizar a Japón fomentando las relaciones de Corea con países occidentales, comenzando con el tratado entre Corea y Estados Unidos de 1882. Durante los siguientes años, Corea llevó a cabo numerosos esfuerzos con el fin de lograr la modernización y la reforma, pero se vieron frustrados por la continua influencia de potencias extranjeras. La victoria japonesa sobre China (1895) y Rusia (1905) llevó a la anexión de Corea a Japón en 1910.

Gobierno japonés (1910-1945)
La dominación japonesa de Corea comenzó con el Tratado de Protectorado (1905), impuesto al país tras la Guerra Ruso-japonesa, por el cual Japón asumía el control de las relaciones exteriores de Corea, así como de sus fuerzas armadas y cuerpos de seguridad, su moneda y banca, sus comunicaciones y cualquier otra función vital. Estos cambios fueron tenazmente soportados por todos los coreanos, desde el rey Kojong hasta los ejércitos guerrilleros. La anexión formal se dio tras quedar patente que los coreanos nunca aceptarían una soberanía nominal bajo el control japonés. Entre 1910 y 1918 Japón consolidó su gobierno deshaciéndose de los nacionalistas, recuperando el control del sistema agrario e imponiendo rígidos cambios administrativos. En 1919 estas medidas, junto con la demanda generalizada de autodeterminación nacional posterior a la I Guerra Mundial, derivaron en un movimiento en el que millones de coreanos tomaron las calles en manifestaciones pacíficas por la independencia, pero carentes de apoyo extranjero, con un poder japonés todavía fuerte, el movimiento fue brutalmente reprimido. En los siguientes años Japón reforzó su control, persiguiendo a los movimientos nacionalistas. Los esfuerzos dirigidos a la asimilación, con medidas tan draconianas como la prohibición del idioma coreano e incluso de apellidos coreanos, sólo cesaron con la derrota japonesa en la II Guerra Mundial.

Partición de la posguerra
Poco antes de finalizar la guerra del Pacífico, Estados Unidos y la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) acordaron la división de Corea por el paralelo 38 con el propósito de aceptar la rendición de las tropas japonesas. Sin embargo, ambas potencias utilizaron su presencia para lograr gobiernos aliados. La URSS suprimió a los nacionalistas moderados en el norte y apoyó a Kim II Sung, un comunista que había dirigido guerrillas anti-japonesas en Manchuria. En el sur existía un movimiento izquierdista bien organizado, con varios grupos nacionalistas de derechas en la oposición. Al no poder encontrar un mediador apropiado que pudiera reconciliar ambas fuerzas, Estados Unidos terminó por suprimir las fuerzas de izquierda, apoyando a Syngman Rhee, un nacionalista que se había opuesto a los japoneses y había vivido en el exilio en Estados Unidos. Todos los coreanos esperaban la unificación, pero en el marco de la Guerra fría, las conferencias de unificación americano-soviéticas (1946, 1947) acabaron en mutua desconfianza. En 1947 ambas potencias comenzaron a organizar gobiernos separados. Estados Unidos convocó elecciones en 1948, con la supervisión de las Naciones Unidas, dirigidas a la creación de la República de Corea en agosto de 1948 En septiembre de 1948 el norte estableció la República Democrática Popular de Corea. El 25 de junio de 1950, las fuerzas de la República Popular cruzaron el paralelo 38, iniciando así la guerra de Corea.

Guerra de Corea
El conflicto bélico librado en la península de Corea desde junio de 1950 hasta julio de 1953. Se inició como una guerra entre Corea del Sur (República de Corea) y Corea del Norte (República Democrática Popular de Corea), después de que esta última invadiera los territorios de la primera. El conflicto rápidamente se convirtió en una guerra internacional limitada que involucró a Estados Unidos y a otras 19 naciones. Desde un punto de vista general, la guerra de Corea fue un enfrentamiento derivado de la Guerra fría. Los motivos de Corea del Norte para invadir Corea del Sur tuvieron que ver con la frontera establecida entre ambas repúblicas en el paralelo 38, así como con las propias circunstancias internacionales. Al contrario de lo afirmado en la época, Corea del Norte aparentemente atacó a Corea del Sur sin conocimiento de la Unión Soviética ni de la República Popular China. La Unión Soviética, que esperaba la guerra en un momento posterior, boicoteó la acción de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuando se produjo el ataque. El gobierno comunista de China, mientras tanto, esperaba invadir la isla de Taiwan sin que Estados Unidos respondiera militarmente.


Desarrollo del conflicto

La lucha establecida al sur del paralelo 38 y la creciente oposición al presidente de Corea del Sur, Syngman Rhee, convencieron al presidente de Corea del Norte, Kim Il Sung, de que sería bien recibido por muchos surcoreanos como liberador y reunificador de las dos Coreas.

La guerra se inició el 25 de junio, cuando el Ejército norcoreano cruzó el paralelo 38 e invadió Corea del Sur. Estados Unidos respondió inmediatamente enviando suministros a Corea del Sur, y pronto aumentó su implicación en el conflicto. El 27 de junio, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, con la ausencia voluntaria de la Unión Soviética, aprobó una resolución presentada por Estados Unidos que imponía sanciones militares a Corea del Norte. Tres días después, el presidente estadounidense Harry S. Truman, ordenó que las divisiones estacionadas en Japón se trasladaran a Corea. Las fuerzas estadounidenses, las surcoreanas y otros contingentes de tropas de Australia, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia, Etiopía, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Filipinas,

Suráfrica, Tailandia y Turquía, con unidades médicas de Dinamarca, India y Suecia, fueron puestas bajo un mando unificado de la ONU dirigido por el general estadounidense Douglas MacArthur. Las fuerzas de tierra de estas naciones, Estados Unidos y Corea del Sur se agruparon en el VIII Ejército estadounidense, en lo que fue la primera intervención conjunta llevada a cabo por la ONU.

Incluso después de que Truman involucrara a las divisiones de Estados Unidos en Corea, la guerra siguió un curso negativo para los intereses enfrentados a los norcoreanos. Antes de que éstos se detuvieran en agosto, habían tomado Seúl y las tropas estadounidenses y surcoreanas habían sido expulsadas del pequeño perímetro alrededor de la ciudad portuaria de Pusan, situada en el sur. Los refuerzos estadounidenses pudieron mantener esta pequeña área y, el 15 de septiembre de 1950, el general MacArthur lanzó una invasión anfibia sobre la ciudad de Inchon, en la costa occidental de Corea del Sur. En un movimiento coordinado, las fuerzas de la ONU rompieron el perímetro de Pusan. Rápidamente, los norcoreanos fueron conducidos y obligados a traspasar el paralelo 38.

Percibiendo una oportunidad no sólo para detener la expansión comunista sino también para eliminarla, el presidente Truman aprobó las órdenes para que las fuerzas de la ONU cruzaran el paralelo 38 y empujaran al enemigo hacia la frontera de China. A pesar de las repetidas advertencias chinas de que entrarían en la guerra si los estadounidenses llegaban cerca del río Yalu, las fuerzas de la ONU cruzaron a territorio norcoreano el 7 de octubre y conquistaron Pyongyang, su capital. Hacia el 25 de octubre, algunas unidades avanzadas llegaron al río Yalu; allí entraron en combate con tropas chinas que habían entrado en Corea del Norte.

El 26 de noviembre, la potente ofensiva china cerró la línea de retirada al noreste de Corea a las tropas de la ONU. Los comunistas reconquistaron Pyongyang el 5 de diciembre y Seúl el 4 de enero de 1951. La ofensiva comunista se detuvo el 15 de enero a lo largo de un frente al sur de Seúl.

El temor a una guerra abierta con China y la Unión Soviética hizo que el presidente estadounidense abandonara su objetivo de reunificar por las armas Corea y retomara su objetivo original de detener la ‘agresión comunista’ en Corea.

El VIII Ejército estadounidense inició la ofensiva el 25 de enero, y todo el mando militar de la ONU participó en el potente ataque conocido como ‘Operación Asesino’, el 21 de febrero, que provocó que los chinos se retiraran lentamente de Corea del Sur. Seúl cayó de nuevo en poder de las fuerzas de la ONU el 14 de marzo. Hacia el 22 de abril, éstas habían ocupado posiciones al norte del paralelo 38 a lo largo de una línea que se estableció hasta el final de la guerra. Mientras tanto, el 11 de abril, el general MacArthur, que había defendido públicamente una estrategia militar de enfrentamiento abierto con China, fue relevado del mando por Truman. Con su sucesor, el general Matthew Ridgway, las fuerzas de la ONU se implicaron principalmente en acciones defensivas durante los dos años siguientes.

Aunque los comunistas no podían llevar a cabo una ofensiva importante, sus fuerzas, bien atrincheradas, hacían que la estrategia de defensa activa de la ONU fuera muy costosa. Algunas de las batallas más desesperadas se produjeron en las colinas denominadas Old Baldy, Capital, Pork Chop, T-Bone y Heartbreak Ridge.
Durante la guerra de Corea, el espacio aéreo desempeñó un papel decisivo, siendo la primera ocasión en que entraron en combate aviones supersónicos (MiG-15 chinos y F-86 Sabres estadounidenses).

Inicio de las conversaciones de paz
En junio de 1951, a medida que las operaciones bélicas se iban convirtiendo en una guerra de posiciones, el delegado soviético en la ONU propuso formalmente que los beligerantes iniciaran conversaciones para el alto el fuego. El 10 de julio de 1951, comenzaron las negociaciones de tregua en Kaesong (Corea del Norte) que continuaron de forma intermitente durante dos años.
Aunque llevadas a cabo en un ambiente de sospecha mutua, las negociaciones finalmente dieron como resultado un acuerdo que no resolvió un tema importante: el rechazo comunista a aceptar el principio, defendido por la ONU, de que un prisionero de guerra no sería entregado a su Ejército contra su deseo. Las negociaciones se rompieron en octubre de 1952 y no se reiniciaron hasta abril de 1953. Al final de la primavera de ese año, ambas partes acordaron que los prisioneros que no desearan regresar a sus países fueran custodiados por una comisión neutral durante los 90 días posteriores a la firma del armisticio. Durante este periodo, cada nación podía intentar persuadir a sus ciudadanos para que regresaran a su país. Ambas partes acordaron mantener una conferencia de paz de alto nivel dentro de los tres meses siguientes a la fecha efectiva del armisticio, pero que, hasta abril de 1954, se pospuso.

Final de la guerra
En julio de 1953, se firmó el acuerdo de tregua en Panmunjom. Así, pendiente del último acuerdo en la conferencia de paz planificada al efecto, la guerra de Corea finalizó después de más de tres años de conflicto y de aproximadamente cuatro millones de bajas (entre muertos y heridos). El daño económico y social de la guerra de Corea fue incalculable.

La postguerra: 1945-1947
La Segunda Guerra Mundial marcó el declive de Europa: el protagonismo del Viejo Continente fue sustituido definitivamente por las dos naciones que habían negociado juntas la paz: la Unión Soviética y los Estados Unidos. Su antagonismo ideológico se tradujo más tarde en lucha por el poder y en desconfianza, abriendo entonces el periodo que estudiamos.

La Conferencia de Yalta
El 11 de febrero de 1945 se reunieron en esta conferencia Roosevelt, presidente de los Estados Unidos; Churchill, primer ministro británico, y Stalin, presidente de la Unión Soviética. Esta conferencia, definida por algunos historiadores como un pacto feudal entre los poderes del mundo, trató de definir y decidir cómo sería el mundo tras la derrota del Eje.
Se decidieron los siguientes puntos, fundamentalmente:
- Alemania quedaría dividida en cuatro partes (en principio eran tres, pero se implicó en último término a Francia en el reparto). Esta decisión sobre el problema alemán se convertiría años más tarde en el corazón de la Guerra Fría, ya que los países occidentales decidieron unificar sus zonas asignadas, mientras la zona oriental quedó, hasta la caída del muro de Berlín y la reunificación alemana, bajo la influencia de la Unión Soviética.
- El tema polaco marcó las diferencias entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, ya que no lograron ponerse de acuerdo sobre dónde debía establecerse la frontera. Gran Bretaña, por otra parte, apoyó la creación de un estado independiente para los polacos.

La Conferencia de Postdam
En agosto de 1945, Truman (nuevo presidente de Estados Unidos tras la muerte de Roosvelt), Churchill y Stalin, firmaron un acuerdo internacional donde las divergencias entre las potencias se manifestaron, ante los recelos de los países occidentales por la presencia del Ejército Rojo en Europa. En esta conferencia se ratificaron los acuerdos sobre la división de Alemania y de Berlín y se discutieron las consecuencias del lanzamiento de las bombas atómicas.
Se ha interpretado que los Estados Unidos consideraron la amenaza del poder soviético como un obstáculo para sus intereses. Sobre todo, temían la posibilidad de que la Unión Soviética pudiera entrar en combate contra Japón y que amenazara por ello su hegemonía en el Pacífico. Truman, según esta teoría, aceleró el final de la guerra con el lanzamiento de las bombas atómicas: así, la bomba atómica sobre Japón fue el último episodio significativo de la Segunda Guerra Mundial y el primero de la Guerra Fría, si se entiende además como toque de atención hacia el nuevo enemigo soviético.
Gran Bretaña, también en esta conferencia internacional, se enfrentó a la Unión Soviética, no sólo por el asunto de Polonia ya mencionado sino porque los soviéticos recelaban de la presencia británica en Grecia, hecho que impedía su aspiración histórica de controlar los Balcanes.

La organización de las alianzas
Con el mundo dividido en dos bloques a través de un sistema múltiple de alianzas, las sutilezas diplomáticas desaparecieron: las medidas de seguridad que proponía un determinado país eran interpretadas sistemáticamente por los del bloque opuesto como una agresión. Las potencias, en un primer momento, titubearon hasta que Estados Unidos formuló la Doctrina Truman en 1947: el problema internacional dejó entonces de centrarse en Alemania. Ahora  el problema pasaba a ser la sovietización de ciertos países: Polonia, Rumania y Bulgaria, liberados de las tropas nazis por la URSS.
Por otro lado, la Unión Soviética ambicionaba Estonia, Lituania y parte de Finlandia. Asimismo, el nacimiento en Asia y África de nuevos países (con puntos estratégicos en algunos de ellos), comenzaron a plantear graves problemas. La lucha por su control sería durísima, a través de la subversión y la persuasión.

Periodo de alta tensión: 1947-1953
Antes de 1947, las superpotencias titubeaban y la opinión pública todavía no era sensible a esta división de poderes e influencias. Las fricciones entre la Unión Soviética y Gran Bretaña por el control de Grecia y Turquía, ya mencionados, se solucionaron a través de la presión de los Estados Unidos ante el coloso soviético.


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